Dos Viajeros mexicanos en Monterrey del siglo XIX
Regularmente hay un concepto equivocado entre las personas que no han salido de su país natal respecto a la cultura, belleza y civilización.
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Séptima Edición
EDITORIAL
Durante muchos años la crisis climática se ha abordado en tiempo futuro: lo que nos espera. Sin embargo, la realidad actual nos indica que ese futuro ya está aquí y que no se ha dejado mucho margen para dar marcha atrás, cambiar el rumbo, buscar otras alternativas.
No es preciso -tampoco sería justo- decir que la crisis hídrica que vive el estado de Nuevo León es la única razón que nos obliga a reflexionar sobre los paradigmas de la producción, consumo y progreso que han definido nuestro contexto actual, pero si no hacemos el esfuerzo ahora para plantearlo o, por lo menos, para cambiar el enfoque de la conversación, ¿cuándo?
Uno de los objetivos más importantes de la Universidad y de la Escuela de Humanidades es fomentar el pensamiento crítico. Y este, quizá, no se compone de afirmaciones, sino de cuestionamientos. En esta misma línea, la revista Tres Puntos se plantea en esta edición preguntar implícitamente: ¿Qué modelo de desarrollo tiene la ciudad de Monterrey y su área metropolitana? ¿Cómo es la ciudad que imaginamos para cumplir con las necesidades básicas y garantizar los recursos naturales a las futuras generaciones? ¿Cómo se vislumbraba la región en el siglo XIX? ¿Qué rol tienen las mujeres en la definición de los espacios sustentables? ¿Qué efectos ha tenido la priorización de lo privado sobre lo público? ¿Qué tan necesario es ver los efectos de la gentrificación a partir de la experiencia de una joven regiomontana?Las respuestas pueden ser parte de la redefinición del debate.
La experiencia en la edición de este número también ha significado identificar la falta que hace construir una agenda mediática que informe de manera responsable y fomente la deliberación pública sobre los temas que rodean la sostenibilidad. Como en muchos otros temas, el enfoque se tiene que ampliar a una visión interdisciplinaria, promover la perspectiva de género y contemplar las implicaciones de la desigualdad social.
Hay pocas discusiones más necesarias que la (re)definición del presente. Ya no podemos seguir hablando en tiempo futuro.
Bienvenidas y bienvenidos.
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